Nueva jornada por el
juicio a represores que actuaron en la provincia de Jujuy durante la última
dictadura milita, dejó aun mas en evidencia el plan de las fuerzas armadas.
Una nueva audiencia se llevo a cabo en el día de ayer en el
juzgado federal N°1 de la provincia de Jujuy. Una jornada un poco accidentada
en lo que tiene que ver con las transmisiones vía video conferencia que
hicieron que los primeros testigos debieran declarar una vez solucionados los
problemas técnicos.
Declararon personas que habían formado parte de la Comisión
extraordinaria destinada a los derechos humanos, que se formo en enero del año
1984, de vuelta a la democracia.
Francisco Otaola, legislador provincial por aquellos años,
formo parte de esa comisión, declaró que hubo muchas investigaciones a partir
de denuncias y testimoniales que realizaban.
Contó como en una de las investigaciones fueron a Guerrero,
famoso centro de detención clandestino de la provincia, con una persona que había
estado en ese lugar y que claramente podía reconocer la casa.
También durante su relato contó que Braga era un apellido
que se repetía muchas veces en las testimoniales, y que éste se relacionaba
mucho con el caso Álvarez García.
Emilio Guidi también testigo, formo parte de aquella comisión
junto con Otaola y José Antonio Casalli, otro testigo. Durante sus relatos contaron
sobre varios allanamientos que se realizaron, entre ellos a la SIDE (Servicio
de Inteligencia del Ejército) y a una oficina que estaba ubicada en calle
Almirante Brown, donde pudieron encontrar documentos con archivos de fotos y
fichas de personas que habían sido secuestradas y desaparecidas.
Hubo intento de contactarse con los altos mandos del Ejército
pero que no recibieron respuesta alguna.
Cuando se le pregunto a Casalli si durante la investigación,
y el informe final habían podido dilucidar quién habría sido el responsable de
la desaparición de Álvarez García contesto: “Braga”.
Durante la jornada se presentaron varios testigos que habían
trabajado en distintas dependencias policiales durante los años 1976 y 1983.
Angélica Gordillo prestó servicio en el penal de Gorriti
desde 1967 y estuvo 25 años trabajando. Durante el golpe ella estaba en el
penal. Recuerda a Vargas como director de la unidad, y que al momento del golpe
las normas fueron aun más estrictas. Escuchó hablar de Bulgheroni, y comento
que Bulacios iba continuamente por el penal.
La defensa le pregunto sobre si se podían llevar armas
dentro del penal, a lo que ella contestó que sí porque “yo he portado armas
dentro del penal”.
Chorolque otro testigo fue guardiacarcel en el penal de
Gorriti, contó que que no tenían acceso al pabellón de los presos políticos.
Cuando se le preguntó por el Área 323, que sonó mucho en
esta jornada, el testigo dijo que no sabía que era, y que nunca había sentido
que la nombraran.
Victor Raul Lopez trabajo en el servicio penitenciario,
cuenta que al momento del golpe el regimiento se hizo cargo y los guardias,
tarea que el desempeñaba quedaron a un lado.
Declaro que más de una los presos permanecían encerrados sin
ver a nadie. Solo salían al baño.
Quizás la declaración más importante fue la de Escalier, que
prestaba servicio en el comando de radio patrulla. Estuvo allí un tiempo y lo
mandaron a prestar servicio al RIM 20 bajo la orden de Braga.
Cuenta que en sus tareas se iban de a dos a recorrer los ríos
y los campos en busca de “extremistas” y “gente mal”, a él le toco salir a
recorrer junto a Braga, tras recibir esa orden Escalier no estuvo de acuerdo y
Braga lo “despacho” de mala gana.
Comentó que tenía conocimiento de que Braga comandaba,
ideaba y participaba de batidas que consistían en ir a casas de personas que “necesitaban”,
muchas veces a altas horas de la noche. Escalier contó que el no estaba de
acuerdo con esas prácticas y fue destinado luego a una dependencia ubicada en
el dique La Ciénaga.
Le preguntaron por el Área 323, un área del ejército
encargada de los “subversivos”. Cuenta que un tiempo lo destinaron a aquella área
bajo órdenes de Jones Tamayo y Braga.
Escalier caracterizó, mas de tres veces durante su declaración,
al comportamiento de Braga como “alterado”, que cada cosa que le decían que
estaba en desacuerdo se ponía como “leche hervida”.
El primer testigo de la jornada fue Alfredo Tapia, por video
conferencia desde el consejo de la magistratura en Buenos Aires, testigo por la
querella de la causa Aredez.
Tras un corte por problemas técnicos la declaración continúo
a lo largo de la mañana. Vivió entre el 76 y 78 en Ledesma, tenía un negocio de
calculadoras, maquinas de escribir y productos a fines. Conocía a toda la
familia Aredez.
Tenía conocimiento de que Bulgheroni andaba por Ledesma, según
comentarios del pueblo.
Sabia de personas que habían desaparecido, personas de
Calilegua y Ledesma, y particularmente del Dr. Aredez, según sus palabras el
secuestro del Dr. Aredez era vox populi en el pueblo. Todos lo comentaban.
En una declaración de Teresa Adriana Aredez cuenta que vio a
Tapia subirse a un auto con Bulgheroni, y que ella y su madre quedaron solas en
el negocio.
A todo esto Tapia negó lo que Adriana decía.
Radio Pueblo
No hay comentarios:
Publicar un comentario