viernes, 26 de octubre de 2012

Juicios de lesa humanidad en Jujuy. Jornada 25-10-12


Nueva  jornada por el juicio a represores que actuaron en la provincia de Jujuy durante la última dictadura milita, dejó aun mas en evidencia el plan de las fuerzas armadas.

Una nueva audiencia se llevo a cabo en el día de ayer en el juzgado federal N°1 de la provincia de Jujuy. Una jornada un poco accidentada en lo que tiene que ver con las transmisiones vía video conferencia que hicieron que los primeros testigos debieran declarar una vez solucionados los problemas técnicos.
Declararon personas que habían formado parte de la Comisión extraordinaria destinada a los derechos humanos, que se formo en enero del año 1984, de vuelta a la democracia.
Francisco Otaola, legislador provincial por aquellos años, formo parte de esa comisión, declaró que hubo muchas investigaciones a partir de denuncias y testimoniales que realizaban.
Contó como en una de las investigaciones fueron a Guerrero, famoso centro de detención clandestino de la provincia, con una persona que había estado en ese lugar y que claramente podía reconocer la casa.
También durante su relato contó que Braga era un apellido que se repetía muchas veces en las testimoniales, y que éste se relacionaba mucho con el caso Álvarez García.
Emilio Guidi también testigo, formo parte de aquella comisión junto con Otaola y José Antonio Casalli, otro testigo. Durante sus relatos contaron sobre varios allanamientos que se realizaron, entre ellos a la SIDE (Servicio de Inteligencia del Ejército) y a una oficina que estaba ubicada en calle Almirante Brown, donde pudieron encontrar documentos con archivos de fotos y fichas de personas que habían sido secuestradas y desaparecidas.
Hubo intento de contactarse con los altos mandos del Ejército pero que no recibieron respuesta alguna.
Cuando se le pregunto a Casalli si durante la investigación, y el informe final habían podido dilucidar quién habría sido el responsable de la desaparición de Álvarez García contesto: “Braga”.
Durante la jornada se presentaron varios testigos que habían trabajado en distintas dependencias policiales durante los años 1976 y 1983.
Angélica Gordillo prestó servicio en el penal de Gorriti desde 1967 y estuvo 25 años trabajando. Durante el golpe ella estaba en el penal. Recuerda a Vargas como director de la unidad, y que al momento del golpe las normas fueron aun más estrictas. Escuchó hablar de Bulgheroni, y comento que Bulacios iba continuamente por el penal.
La defensa le pregunto sobre si se podían llevar armas dentro del penal, a lo que ella contestó que sí porque “yo he portado armas dentro del penal”.
Chorolque otro testigo fue guardiacarcel en el penal de Gorriti, contó que que no tenían acceso al pabellón de los presos políticos.
Cuando se le preguntó por el Área 323, que sonó mucho en esta jornada, el testigo dijo que no sabía que era, y que nunca había sentido que la nombraran.
Victor Raul Lopez trabajo en el servicio penitenciario, cuenta que al momento del golpe el regimiento se hizo cargo y los guardias, tarea que el desempeñaba quedaron a un lado.
Declaro que más de una los presos permanecían encerrados sin ver a nadie. Solo salían al baño.
Quizás la declaración más importante fue la de Escalier, que prestaba servicio en el comando de radio patrulla. Estuvo allí un tiempo y lo mandaron a prestar servicio al RIM 20 bajo la orden de Braga.
Cuenta que en sus tareas se iban de a dos a recorrer los ríos y los campos en busca de “extremistas” y “gente mal”, a él le toco salir a recorrer junto a Braga, tras recibir esa orden Escalier no estuvo de acuerdo y Braga lo “despacho” de mala gana.
Comentó que tenía conocimiento de que Braga comandaba, ideaba y participaba de batidas que consistían en ir a casas de personas que “necesitaban”, muchas veces a altas horas de la noche. Escalier contó que el no estaba de acuerdo con esas prácticas y fue destinado luego a una dependencia ubicada en el dique La  Ciénaga.
Le preguntaron por el Área 323, un área del ejército encargada de los “subversivos”. Cuenta que un tiempo lo destinaron a aquella área bajo órdenes de Jones Tamayo y Braga.
Escalier caracterizó, mas de tres veces durante su declaración, al comportamiento de Braga como “alterado”, que cada cosa que le decían que estaba en desacuerdo se ponía como “leche hervida”.
El primer testigo de la jornada fue Alfredo Tapia, por video conferencia desde el consejo de la magistratura en Buenos Aires, testigo por la querella de la causa Aredez.
Tras un corte por problemas técnicos la declaración continúo a lo largo de la mañana. Vivió entre el 76 y 78 en Ledesma, tenía un negocio de calculadoras, maquinas de escribir y productos a fines. Conocía a toda la familia Aredez.
Tenía conocimiento de que Bulgheroni andaba por Ledesma, según comentarios del pueblo.
Sabia de personas que habían desaparecido, personas de Calilegua y Ledesma, y particularmente del Dr. Aredez, según sus palabras el secuestro del Dr. Aredez era vox populi en el pueblo. Todos lo comentaban.
En una declaración de Teresa Adriana Aredez cuenta que vio a Tapia subirse a un auto con Bulgheroni, y que ella y su madre quedaron solas en el negocio.
A todo esto Tapia negó lo que Adriana decía.





 Radio Pueblo


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