lunes, 5 de noviembre de 2012

DIA DE LAS ALMAS EN GUERRERO


Nuestro pueblo jujeño es un pueblo muy rico en tradiciones, muchas de ellas, como el respeto a nuestros difuntos, con una antiguedad que se pierde en la usina de los tiempos.

Miles de familias jujeñas realizan sus ofrendas para este dos de noviembre, iniciando un par de días antes la elaboración de panes ceremoniales que nombran y homenajean a las "almitas" de nuestr
os seres queridos. Luego, el día 1º, se coloca un abundante banquete con las comidas, bebidas y manjares que nuestros seres queridos más deseaban en vida, y reza la tradición que sus almas degustan halagadas las esencias de las comidas y bebidas servidas, rondando entre las coronas, subiendo por los panes con formas de escaleras y compartiendo un hermoso momento con los vivos.

Luego del banquete se comparte la comida y los panes entre los asistentes (a diferencia de otras culturas, como la del halloween, la andina no desperdicia en fastos) y suelen marchar al cementerio a dejar las coronas y algunas ofrendas adonde vuelven a reposar las almitas satisfechas.
Así se renueva el vínculo y la armonía con nuestra herencia, en una respetuosa alegría que trasciende los límites de la muerte y a la vez renueva el vínculo comunitario y retributivo entre los vivos. No nos viene a aterrorizar ningún espíritu psicópata, no se dilapida en productos industriales, no hay consumismo ni competencia, sino se conmemora y comparte.
 

En Guerrero, lejos del consumismo extranjerizante y alienante, esta tradición se encuentra a la orden del día.

Pero algo más sucede en este pueblito de Jujuy, pues en Guerrero se asentó en los años de la dictadura (la misma que impuso el dominio de los capitales que introdujeron el lucrativo Halloween) un Centro Clandestino de Detención, un campo de tortura y muerte por donde pasaron también nuestros seres queridos.

Esto es lo distintivo del día de las almas del que participamos en Guerrero, junto a los vecinos, familiares y ex-presos políticos, homenajeamos a nuestros deudos y a los compañeros y compañeras desaparecidos.

"No están ni vivos ni muertos, están desaparecidos", dijo un oscuro general que aún se niega a decirnos dónde están, y es por ello que en estas importantes fechas no hay cementerio adonde ir, ni siquiera foso que señalar, por ello no nos queda más que reconocer el último lugar donde fueron vistos con vida, el CCD, donde dicen los vecinos que suelen oírse aún los alaridos de quienes eran torturados por luchar por un mundo mejor. A esa tradición también la sostenemos.

Radio Pueblo . 2/11/12

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