En el marco de la Campaña Contra la Violencia y en las previas al Día Internacional de la No violencia Contra la Mujer, Aukasisa, AJI 20 y la Red por el Derecho a
la Identidad organizaron el pasado martes dos charlas-debate a cargo de Teresita Asilvera, compañera del Colectivo de Ex Detenidas Políticas del Paraguay “Carmen Soler”.
Las charlas fueron realizadas una a las 9:00 Hs en la sede de la ATD y otra a la tardenoche en el museo Macedonio Graz.
La charla de la mañana fue acompañada por la genial interpretación de un fragmento de la obra “Gritos... en mi piel” a cargo del grupo La Bicicleta (integrado por Valentina Mamaní, Ayelen Molina y Pablo Salas) que emocionaron las fibras de todos los presentes.
A la tarde, profundizó los tonos amenos y comprometidos de la jornada la cantautora Mistol Algarroba, quien obsequió unas canciones enraizadas con la lucha y la identidad femenina.
En ambas charlas, aunque la de la mañana con un carácter más íntimo y de duración más prolongada por los múltiples diálogos realizados, Teresita Asilvera contó las alternativas de su vida, las veces que fue detenida por la dictadura, la última vez con junto a su hijita, las torturas a las que era sometida ella y sus parientes, a los cuales vio colgando. Todo ello contado en un tono plácido y hasta con intensas humoradas que daban cuenta de la alegría de la resistencia hasta en las peores situaciones.
Tras esto profundizó en la actual situación de las detenidas en la cárcel del Buen pastor en Paraguay, en condiciones rayanas con la tortura. Mencionó la nula asistencia médica, el reparto a las presas sociales de una comida tan magra "que mis chanchos comían mejor" y directamente la inexistencia de asistencia alimenticia para las presas politicas, que deben comer lo que sus allegados le prodigan, cocinando en el mejor de los casos "con un braserito".
Mostró Teresita, como signo del férreo control que existe en la cárcel, un papel de cigarrillo que las presas usan como forma de comunicación con el exterior, dato turbiamente similar al utilizado por los presos políticos durante la represión estatal en Argentina.
Contextualizando la situación mencionó como cualquier campesino o campesina que resiste el intenso proceso de concentración latifundista es inmediatamente marcado como "del EPP" (Ejército del Pueblo Paraguayo), en una nueva similitud con los años de plomo, cuando todo resistente o crítico recibía el mote fatal de "subversivo".
La charla y el diálogo que siguió, llena de preguntas, fue profundamente aleccionador, tanto por el conocimiento de la dura realidad del país hermano como en la imborrable impronta de quien a los 72 años mantiene la lucha contra las brutalidades del capitalismo como enseña inclaudicable.
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